lunes, 24 de agosto de 2015

Veinte veinticuatros

Que el alcohol para las heridas es demasiado fuerte para mojar mis penas.
Casi prefiero que vengas tú y me marques todas las cicatrices, colgando el cartel de "en obras" bajo mi corazón.
Prefiero que recortes a golpe de bisturí el porqué de mis pestañas, que no me deja dormir.
Ni soy príncipe, ni es azul la sangre que me corre por las venas.
No me pidas que te insista o tendré que ir a hacer guardia al balcón de tu ventana con tal de que te escapes conmigo a hacer la ruta 66.
Y te advierto que se me olvidó trepar las rocas de tus hogueras.
Que hace tiempo que tú y yo ya no somos amigos, y de eso el whisky de la barra es el único testigo.
Ni tú quieres quererme ni yo consigo quererte bien. Nos amamos a sorbos de vida y eso es el cuento de nunca acabar.

Pero me niego. Me niego a renegar de ti, a fingir que todo esto pasó.
Porque ha pasado. Fuimos ciertos.
Fuimos una lágrima en un océano al norte de tu cintura. Fuimos un atardecer de otoño, entre risas.
Fuimos, y duele.
Que no sepamos ser más, que no sepamos beber vientos ni escribir versos en grafittis en muros blancos de pared.
Que el mapamundi nos conozca no es más que cuestión de tiempo.
Que mis manos no suelten tu pelo, dependerá del momento.



(Tom Cruise, Elisabeth Shue- Cocktail)

No hay comentarios: