sábado, 22 de agosto de 2015

"Te comería a versos"- Rayden



Y no sabes lo que somos, lo que fuimos. Ni te lo imaginas. Nunca seremos.
No eres capaz de pensar en blanco.
Y los versos no te salen si no es con bolígrafo en una mano y micrófono en la otra.
Le cantas a ella, a la vida. Es a la única a la que le debes algo.
Le escribes a todas las casualidades con falda que pasan a tu lado por las calles de un Madrid que se cree modernista.
Y haces temblar tantos corazones que todos los Don Juanes se preguntan cuál será la receta de un chico de la calle.
Quieres comerte el mundo, con las manos. El cuchillo y tenedor son demasiado formales.
Quieres leer bocabajo una calle sin salida para escapar por algún rincón a cielo abierto.
Y sin embargo, te consideras uno más.
Déjame decirte esto:
Creo que no soy la única que lo pienso. 
Te lo has ganado. He de agradecerte enseñarme a sentir más fuerte.
Has ido subiendo los peldaños de una escarpada escalera, de uno en uno, y saltando retos cuando retrocedías dos escalones.
Te ha salido un cinco en  el dado de la vida y has podido colocarte en la casilla de salida
-el primero- sin que te coman.
Has sabido enseñarme Capital y Condal entre susurros de mis labios
sin moverme de las páginas de tu Herido Diario.
Todo, para que el mundo vea lo que sufren los poetas sin alma.
Para que el mundo vea que, con cada verso, vais perdiendo un sorbo de una felicidad efímera, pero que algo siempre queda bajo la almohada.
Me has enseñado que los marineros de segunda no son los únicos  que naufragan a la primera, y que hacer el amor significa volver de la guerra. Me has enseñado que prefiero ser persona a ser humano, y que nos vestimos rápido para desvestirnos lento.
Me enseñaste, ya hace tiempo, que tratarnos con humor también nos hace llegar al orgasmo,
incluso mejor.


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