viernes, 14 de agosto de 2015

Lentes bifocales

(Dustin Hoffman, Katharine Ross-El Graduado)

Había venido a contarte que no podíamos ser amigos.
Que los amigos se quieren, se respetan y se tienen en cualquier momento.
Tú y yo nunca fuimos así.
Nunca nos quisimos, nunca respetamos nuestro respeto. Nunca nos tuvimos. Nos llamamos Libres.
Tú siempre buscaste que nadie te entendiera, yo a alguien que rompiera mis destrozados esquemas.
Tú las preferías rubias, como aquellos caballeros;
y yo te perseguía los brazos para ver si era azul la sangre de tus venas todos y cada uno de los abriles que pasamos juntos.
Tú bailabas solo, a mi me gustaba bailar en compañía.
Tú preferias los nunca; yo, los siempre.
Para ti el plan perfecto era cualquiera que no estuviera yo. Mi plan perfecto era no verte ninguna madrugada.
Y así pasó el tiempo.
Había venido a pedirte perdón. Perdón por no haber sabido amar tu caos, por no cerrar los ojos en cada túnel pidiendo nuestro deseo. Quería disculparme por todas las noches sin dormir que te regalé.
Pero me quedé en la puerta.
Tú y yo siempre seremos nosotros. Nunca seremos Tú y yo.
Y eso es lo que más nos une.
Había venido a decirte que no quiero verte más. Pero me he dado cuenta de que eres mi persona favorita.


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