domingo, 21 de octubre de 2012

¿Sabes una cosa?

Eres mi sonrisa. Mis ganas de seguir aquí todavía, despierta aunque me muera de sueño.




Siendo la nadie de tu vida, aguantando unos te quiero que levantan otras sonrisas.

Por ahora nada cambia, dos años han pasado desde la primera vez y sigo igual que antes, siendo la nadie de tu vida, aguantando unos te quiero que levantan otras sonrisas, esperando a que de noche te de por recordar sin prisas...quién estuvo ahí siempre, en la sombra, quién nunca se fue y nunca se ha ido. Quién está dispuesta a darlo todo por ti, y aún así tú sigues viviendo tu vida. Sin nadie que te calle, con amores a distancia y sin camisa.


que la verdad te mira a la cara y no miente si la callas.

Ahora somos de los de muchos sentimientos y pocos conocimientos

¿y entonces que crees que pasará?

Puede que nunca lleguemos a empezar nuestra historia. Es posible que nunca paseemos juntos en invierno por las calles de París. Nunca seré toda tuya, en realidad, nunca seré completamente de nadie. Pero estos días le he dado muchas vueltas a todo. Sé que he cambiado, ya no soy la misma, y en parte me arrepiento porque se han esfumado de un plumazo muchas de mis cosas buenas. Ahora solo sé que esas cosas buenas me las sacas tú y que eres el único que sabe apreciar mi sonrisa desde la distancia. Eres el único que me escucha realmente, sin tan siquiera darse cuenta. Puede que no sientas nada porque, de hecho, es la primera vez que ni yo sé lo que siento. Sé que me gusta despertarte y hacerte sonreír, que me gusta hacer que me necesites cada día un poco más y que he aprendido a darte un poco más de mi cada día. Sé que no quiero hacerme ilusiones, o eso era lo que sabía porque ahora sé que ya es tarde.

martes, 9 de octubre de 2012

never-ending story



Todos los recuerdos se fueron con él pero, ¿sabes que en nuestra no-historia hubo de todo?
Tuve que ser fuerte por los dos para no olvidar las razones por las que te seguía queriendo, por no dejar a un lado una historia que solo existía en mi tonta cabeza.
Como cada vez que escucho nuestra canción. Era nuestra porque me recordaba a ti. 

Porque fue la primera melodía que vi seguir a tus pasos guardando el compás, sin darte cuenta de que volvía a mirarte, de nuevo, más y mejor; completamente enamorada.

Como cada noche que me dormía con la ventana entreabierta esperando escuchar el sonido de una piedra contra el cristal; esperando despertarme oyendo mi nombre de tus labios.
Como todos y cada uno de tus cumpleaños en los que yo, silenciosa, te regalaba mi vida. 

Adoraba verte sonreír, que me siguieses la corriente, que nunca quisieras darme las buenas noches porque querías que amaneciera mientras hablábamos.  Adoraba tus buenos días princesa, tu manera de sentirme especial con una simple palabra…Como cada catorce de febrero en los que esperaba tu cariño en forma de flor. Ese cariño nunca llegó.

Hace un tiempo me di cuenta de que esto me sobrepasaba y que estaba viviendo en una realidad paralela. Decidí que si yo iba a apartar de mí nuestros recuerdos, tú debías conservarlos. Nunca te habían dolido, nunca te pesaron nada, así que lo peor que te podría pasar al volver a verlos era volver a sonreír.
Me armé de valor y con cuidado los metí todos en una caja. Me los llevé lejos. Ahora espero en el aeropuerto el vuelo que me lleve a una nueva vida. ¡Ah! Y si quieres encontrar nuestros recuerdos viaja a Milán. La última vez que los vi se alejaban con el tranvía bajo uno de los asientos traseros.

a C.

Mis ojos, tus ojos. Nosotros.

y llegará el día en que no lo hagas por cumplir, sino porque realmente te apetece.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Nunca digas nunca

-Tendremos que luchar para conseguirlo.- Comenta ella.
-Claro que sí, -Afirma rotundo.- ¿qué creías? Todo en esta vida necesita tiempo y más tratándose de algo tan delicado como esto. ¿Tú...tú estas segura?
-Sinceramente, no lo sé...a decir verdad ultimamente no estoy segura de nada, todo mi mundo da vueltas, todo me parece raro y solo quiero salir...¿y tú?- Quiere saber.
-Yo estoy igual...A ver, lo único que me echa para atrás es que tengo miedo.
-¿Miedo? Si eres la persona más valiente que conozco.- Susurra el chico a su oído.
-Tengo miedo a perderte, a que nada vuelva a ser igual y que acabemos por no hablarnos y no quiero eso, pero...ya hace tiempo que lo nuestro no es más que una simple amistad, ya hace tiempo que te vengo necesitando, y eso también me da miedo.
-Lo que estás diciendo es una tontería. Nunca voy a dejar de quererte, a quererte más o menos, porque te quiero más que a nada y eso nunca va a cambiar, pero si queremos que esto funcione...vamos a tener que poner de nuestra parte

Ambos se miran a los ojos creen que es un gran paso, aunque tienen razón, hace ya unos meses que no solo sienten amistad el uno por el otro...Hugo comienza a jugar con los cordones de las zapatillas de Lara. Está nervioso, sabe que tiene algo que decir pero está algo paralizado y en ese momento no se atreve. Entonces Lara coge una de los cordones y forma la mitad de un corazón. Mira al cielo, pensativa. A esa hora ya pueden ver las primeras estrellas. El sol hace apenas unos treinta minutos que se ha despedido de los dos chicos y empieza a refrescar. Hugo coge con la punta de los dedos el cordon de la otra zapatilla y lo examina sin saber realmente lo que ve. Con mucho cuidado lo coloca junto al otro completando estrategicamente el corazón. Ya sabe que puede decirlo. Ella lo conoce lo suficiente como para saber que algo le preocupa.

-¿Qué es lo que no quieres?...Te has arrepentido ¿es eso?- Quiere saber Lara.
-No quiero una historia contigo.- Comienza.
Aunque ella sabe que no ha terminado, por una milésima de segundo su corazón se para y su corazón se encoge brusco para evitar más daños.
-...pero sé que si te pidiera una vida sería un completo egoísta.- Murmura.
Ella deja escapar un suspiro nervioso. La sigue queriendo y cada día más. De momento sus ojos brillan más que las estrellas que ansían salir y posarse en el cielo como cada noche en aquel hermoso lugar.
-Podemos empezar...-Suelta Lara.
-¿Qué te parece si empiezo con las típicas palabras de cuento?- Pregunta Hugo divertido.
-¿Érase una vez...?- Quiere saber ella algo desilusionada.
-No...-El joven se acerca y la besa con ternura. Se acerca a su oído para susurrarle.- Te quiero.

Allí está. Su Hugo, han vuelto. Ya son uno solo. Por fin han olvidado el pasado, han conseguido sacar los buenos recuerdos y él ha vuelto, para quedarse.


lunes, 1 de octubre de 2012

No por imposible cobra más valor, ni por improvable tiene más sentido

A menudo descubrimos que las personas somos unos seres bastante ambiciosos e ignorantes. Lo queremos todo para nosotros y solemos decidir el momento y el lugar. Nunca ponemos argumentos, siempre faltan motivos, aunque poco importan si realmente conseguimos aquello que más anhelamos. Un recuerdo vago y efímero vale para sostener un sentimiento absurdo, insustancial.
Solemos cometer el error de buscar la belleza en lo imposible, y es el hecho de ser inalcanzable lo que lo hace más apetecible, lo que hace que nos encaprichemos.
Normalmente estamos lo bastante ciegos como para no darnos cuenta de que lo que más reluce lo tenemos delante, de que cuando se va el sol él es el primero que desaparece en la sombra, dejando paso a una belleza mayor, una belleza que nos obsesiona. Aquello que se oculta, por otro lado, intenta no destacar, y si lo hace, es siempre desde el silencio, la sencillez, la personalidad y el recuerdo de días demasiado maravillosos.
Lo escondido intenta ganarse tu amistad, conseguir ser imprescindible para ti, conocerte hasta tal punto de saber mejor quién eres tú, que tú mismo...y en ocasiones, eso nos asusta tanto que solo tenemos la capacidad de alejarlos de nuestras vidas, cuando en realidad esas son las personas más importantes, las más bellas. Pueden ser invisibles a tus ojos como algo más pero son bellas y únicas simplemente por lo que son.
Abriendo los ojos...abriéndolos finalmente conseguimos ver que aquello imposible es demasiado codiciado y que tú te mereces algo más que una simple vista panorámica y un burdo recuerdo.

+Has tardado en darte cuenta.
-Me dijeron que buscase en París...
+¿Y qué haces aquí entonces?
-Me di cuenta de cuanto necesitaba este lugar, me di cuenta de que tu estabas a mi lado y eso es lo único que puede importarme.
+¿No más París?
-No...Tengo un plan mejor.
Volvió a ser niña de nuevo nada más pisar aquellas tierras. Era todo maravilloso, le recordaba a sus mejores momentos de la vida, esos en los que el camino te regalaba una flor, en los que el cielo solo era azul, ninguna nube lo invadía, ni siquiera aquellas que dejaban de lado a la razón y cabalgaban sobre la imaginación infantil. Volvió a mirar sus rodillas desprovistas de cualquier madurez, repletas de tontas heridas de las que había aprendido todo lo que sabía. Rozó sus cabellos sorprendida. Eran cortos, suaves y dos lazos colgaban, debajo hebillas...
Vio la alegría en los ojos de los demás, las sonrisas volvían a ser sinceras una vez más. Olvidó lo que era el odio, la arrogancia, la presunción. Corrió a abrazar a todo aquel que extendía sus brazos havia ella sin pedir nada a cambio. De nuevo aprendió a ver los colores y con ellos la magia del arco iris.
Aún vive allí sumida en la eterna infancia, sabe que es producto de una imaginación tremendamente superior y que cuando todos decidan madurar, ella morirá pero, por ahora se conforma con ser feliz .

No eres el primero pero, espero que seas el último


He llegado a un punto de mi vida en el cual las cosas que debo hacer, las que quiero y las que necesito no tienen ninguna relación. No hay ninguna de las que deba que te impliquen a ti, que eres lo único que quiero. El aire, el cual necesito para respirar, tampoco es imprescindible. Por tanto, he llegado a la conclusión de que además de estar echa un auténtico lío con todo, necesito priorizar. Tantas vueltas a la cabeza me hicieron ver que debo despertarte cada sábado con una sonrisa, debo hacer que te sientas bien solo con mirarme a los ojos, debo pensar que estas cerca solo para reprimir las lágrimas que pretenden escaparse de mis ojos. Una vez aclarados los deberes llegan las cosas que quiero. Quiero ser completamente tuya, conocerme todos y cada unos de tus estados, qué películas puedo ver contigo a mi lado y cuáles no. Quiero entender por qué no siempre me necesitas, por qué siento un vacío cuando me faltas, cuando todo lo demás sobra.
Y hablando de necesitar...he comprobado que si te tengo, el aire es lo de menos, y que si me da por parar este ritmo frenético puedo verlo todo desde lejos, puedo verte a ti más cerca, y eso me gusta.