lunes, 12 de octubre de 2015

Pernoctar

Noche, pasadas las doce.
Domingo perdido y encontrado el lunes.
Y unos pasos de baile sobre el parquet. sin rumbo fijo, pasamos de Rosario a Sanz, temblamos entre confidencias con las cuerdas de Sabina.
Y se hace tarde y perdemos trenes.
Trenes que una vez significaron en canciones.
Ochentaycuatro veces gracias, desde Santiago a Madrid, con un pedazo de sur en mi corazon.
Noche de cuatro, de cuantos.
Por un puñado de besos qué seríamos capaces de cambiar.
Y con violines viajamos a Buenos Aires.
Y no hay nada como un puente, que cruce oceanos y me lleve a ti.
Y mejor si es colgante y podemos cortar cadenas.
Noche de descubrir voces bonitas, cuando sale la luna dándole un respiro a la lluvia.

A la luz de las velas,
no quemas.




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