lunes, 19 de octubre de 2015

Eras el de siempre, como nunca.

Ayer nos vi de película.
Todos los minutos con el corazón encogido para terminar con lágrimas.
Lágrimas de felicidad.

Nos vi en cada uno de los gestos de los protagonistas.
Deseándote cerca, teniéndote lejos.
Y cuando ves que un nuevo final se acerca, todo tu mundo se derrumba.
Tu te encoges, y lo primero que sale mal parado de la lavadora es tu maldito corazón.
No hay forma ni manera de arreglarlo.

Nos vi en cada madrugada, bailando juntos, nos vi bajo los efectos del tequila, que seguíamos siendo los mismos. Nos vi echándonos en falta, de menos.
Nos vi reír, llorar, nos vi "enamorarnos" y darnos cuenta de nuestros errores.
Nos vi sobrevivir en la inmensidad del mar, y ahogarnos en un absurdo vaso de agua.
Era cuestión de ver el vaso medio lleno.
Medio lleno de ilusiones, de recuerdos, de risas, para poder tener hueco suficiente para guardar los que vendrían.
Medio vacío.
Medio vacío de añoranza, de tristezas. Medio vacío de distancia.
También vi lo que les pasaba a ellos.
Se les pasó la vida, enamorados, jugando al perro y el gato. Buscándose los labios.
Sé que yo ni me atrevo, pero no dejes que nos suceda a nosotros otro tanto.

(Lilly Collins, Sam Claflin- Love, Rousie)

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