sábado, 24 de octubre de 2015

Mentiras piadosas



Cómo quieres que no me deshaga si te conoces a la perfección cada una de mis debilidades.
Te conoces todos mis temblores de rodilla, cada paso de baile y me declaraste amante de las madrugadas.
Mientras tanto tú y yo lejos, y tú susurrando en palabras vacías lo que yo necesito escuchar. Y la luna hoy se despidió de nosotros, confesando que comenzaba su viaje al fin del mundo. Y nosotros no quisimos la escuchar, no quisimos dormir, sino soñar.
Cómo me susurras de esa forma al oído, y luego pretendes que me arranque el corazón, que no sienta, ni palpite.
Cómo, si yo te digo que cerca no me querrías, tú me llamas mentirosa. Y me dices que me quieres y me has querido siempre, cuando he estado y cuando no. En lo malo, en lo bueno e incluso en lo peor.
Y cómo pretendes que no busque tres pies al mismo gato que nos vio ser cómplices, si ni yo misma tengo la receta para hacer aquella tarta de cabeza.
Cómo quieres que no tache días en los calendarios, si son los únicos que- conmigo- te persiguen con la mirada y te quieren cerca.


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