domingo, 7 de julio de 2013

¿Te quedas?

Aquella noche, tras la fiesta la gente que de verdad quiso se quedó en la enorme casa para más tarde contemplar el amanecer. Laura buscaba a Víctor con la mirada. Allí estaba. Deseaba que se le acercase y le hablara pero sabía que iba a ser imposible. Víctor por otro lado pensaba en su sonrisa. No había hablado con ella en toda la noche, no sabía si podrían arreglar las cosas. Tenía ganas de ella. Era demasiado orgulloso y cabezota pero supo que tendría que ser él quien diese el primer paso, o la perdería para siempre. Llevaban semanas sin hablarse por culpa de su ex novia, con la que cortó la noche anterior. Ella lo había liado todo y argumentó que pasaba más tiempo con Laura y en cierto modo sabía que tenía razón. Laura siempre fue su "ella", siempre había estado ahí y la primera vez que la vio se enamoró perdidamente de la que ahora solo era su mejor amiga, y aún no sabía si continuaría siéndolo tras aquella noche. Pero nunca había tenido el valor de decirle lo que sentía, era mucho lo que perdería si ella lo rechazaba. Aunque había llegado el momento. Se acercó a Laura aparentemente tranquilo con una sonrisa en los labios. "Todo saldrá bien..." Se dijo.
-Laura...
-Hola.-Susurró ella agradecida de que se hubiese acercado.
-¿Cómo estás?
Hubo un silencio incómodo.
-Víctor, ¿realmente crees que todo se va a arreglar con un "cómo estás" después de llevar un mes sin hablarme?- Preguntó Laura con la voz quebrada.
-Pequeña, déjame que te explique...-Quiso empezar.
Laura quería arreglar las cosas, pero en ocasiones hablaba demasiado y aquella fue una de esas ocasiones en las que no puedo contenerse.
-No quiero que me expliques nada. Es tarde ¿sabes? Tarde para hablar, he intentado por todos los medios que me perdones, fue un malentendido. Creo, incluso, que le he dado más importancia de la que realmente tenía y solo porque te quiero. Te has convertido en mi mejor amigo, hemos pasado muchos buenos momentos juntos pero esto ha sido la gota que colmó el vaso. No sé lo que somos ahora, ni siquiera sé si fuimos algo...
-No digas eso, nunca lo digas.- La interrumpió el joven.
Pudo ver que las lágrimas traicionaban a Laura atravesando furtivamente sus mejillas.
-Es que...no puedo más Víctor, no sabes cuanto te he echado de menos, cuanto he necesitado que estuvieras conmigo y bueno no voy a decir que no me hayas hecho daño porque sería mentir.
-Lo sé, y lo siento. De verdad. Debí venir nada más pelearnos porque ahora sé que no puedo perderte por nada del mundo. Fíjate que hasta perdí a Blanca por no perderte.
-¿Me estás echando la culpa?- Preguntó ella dolida.
-¡No! Al revés- Exclamó el joven desesperado.- Te lo estoy diciendo por... par darte las gracias, por estar a mi lado siempre, por abrirme los ojos...Mira, a lo mejor no debería decirte esto. Tengo miedo...
-¿Miedo?¿De qué?¿A qué te refieres?- Laura se estaba poniendo nerviosa y un escalofrío recorrió su espalda.
Víctor quería decirle que la quería. Quería confesar cuánto tiempo había estado enamorado de ella y cómo la había echado de menos. Víctor no quería perderla. "Ahora o nunca" Se dijo.
-Laura, Blanca tenía razón. No sé...he perdido la cuenta del tiempo que llevo loco por ti. De las veces que no me he atrevido a darte un simple beso en los labios. Sé que soy un egoista por querer romper así nuestra amistad, sé que fui tonto por enfadarme así contigo, por separarte un mes de mi pero, entiéndelo, no soportaba verte con él. Te quería solo para mí. Blanca intentó en vano sacarte de mi cabeza, ayudarme, por eso empezamos a salir. Y...eso es todo.
Víctor la miraba a los ojos mientras poco a poco sus palabras iban resquebrajando las finas pero intensas lineas de la amistad. Ya estaba, lo había fastidiado todo, pero lo que le dijo era completamente cierto. Miró hacia donde se encontraba la luna, reina de su cielo y esclava de miles de promesas versadas. Admiraba su silencio y su porte pero necesitaba respuestas. Bajó la vista esmeralda hasta sus pies, los que hacían que se cayese siempre, los que lo dirigían, siempre a traición. "Moveos" Les dijo, "Laura no va a contestar"

Se dio la vuelta dispuesto a marcharse, a observar otro de muchos amaneceres que contemplaría sin ella. Una sonrisa amarga rindió culto a tantos recuerdos demasiado valiosos.


Pero Víctor no se atrevió a marcharse, no de nuevo.

-Solo dime que quieres que salga de tu vida y lo haré, será la última promesa...
-Te quiero.-Susurró la chica.
Él se tomó unos segundos para procesar la información. ¿Habría entendido bien? No, seguro que no. No era la primera vez que su corazón le jugaba malas pasadas.
-No puedes irte ahora.- Continuó Laura.- Porque entonces si que sería egoista. No me dejarías decirte que estoy enamorada de ti y ni cuantas veces he necesitado un beso de esos que...
Demasiado tarde.
Los labios de Víctor ya habían encontrado los suyos y la estaba besando.
Al menos, la pelea les había servido para darse cuenta de hasta que punto se querían y para ser capaces de decirselo.
Ambos sabían que no durarían una vida pero intentaron que aquel amanecer juntos fuera el primero de muchos.




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