martes, 23 de julio de 2013

La ciudad se quedó dormida


Era algo mágico. Cómo se movían las aguas entre susurros y murmuros, cuántos secrtetos quedaron escondidos entre los ladrillos de aquellos longevos edificios. Todos los sueños que una vez fueron sin más. Solo quiso sentirse viva, viajar, reír. Sentía como si llevara toda la vida sentada en el mismo banco de la misma plaza inmensa viendo pasar sueños, viendo pasar sonrisas. Le encantaba perderse entre calles sin salida, ver miles de rosas por los suelos, ellas que una vez curaron tantas heridas.

Se sumergió en el canal, allí nadie la buscaría y solo entonces decidió que jamás se marcharía.

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