domingo, 12 de abril de 2015

Todo empieza sonriendo

Punto cero: un cruce de sonrisas, y ya te has ganado al mundo.

Y entonces continuaste perdiendo la cabeza por cada línea de su espalda. Sin saberlo ni quererlo te enamoraste de ella.
Puede que ya lo tuvieras planeado en secreto, puede que ella fuera cómplice de aquel hurdido plan de invierno que trajo la primavera.

Ahora estás con ella. Y sonríes porque sí, porque te da la gana, como siempre. Sin nada y con todo a la vez, sin poner nombres y rompiendo reglas y esquemas de los que, como vosotros, se amaron antes intensamente.
Tú,  que piensas que la vida se disfruta sobre ruedas y acordes de la guitarra acompañados de saltos de obstáculos. Tú que has encontrado a quien querer bajo tierra, en railes desenfrenados de metro, volviendo a casa, a quien querer de madrugada, a media voz y un domingo por la mañana.
Ahora te das cuenta de que nunca has sido como los demás, ni nunca lo serás.
Ahora te has dado cuenta de que lo que te diferencia del resto del mundo son tus ganas de vivir. Tus ansias de disfrutar el aquí y el ahora.
Ahora te has dado cuenta de las ganas que tienes de seguir disfrutando de tu vida: una vida enredada a su pelo durante el tiempo que el viento tarde en separaros.
Ahora te das cuenta que las letras, las palabras tienen un significado distinto y de que laten por si mismas.
Ahora, así, a la luz de un domingo, la quieres todavía más.




A J.

1 comentario:

Caracola dijo...

Sencillamente haces arte.