lunes, 7 de septiembre de 2015

Sin destino

Esto es una carta. Una carta que jamás enviaré, por miedo, por tristeza, por cosas de la vida.
Solo mis letras y mi cabeza saben a quien se dirige. Tengo pocas expectativas en esta carta porque no sé muy bien como plasmar en papel la noria frenética que forman mis recuerdos y mis pensamientos.
De nuevo domingo. ¿Que siempre elijo este día? Si, siempre.

A una parte de mi corazón:

Quería decirte muchas cosas mirándote a los ojos, quise decir más cosas de las que en su día pensé, más motivos, pero todo quedó en el aire. Quise hacerlo tan bien, que salió tremendamente mal.
No voy a culpar a los kilómetros por algo que tú y yo fuimos descuidando poco a poco. Tampoco voy a ser tan ilusa como para pensar que podremos ser amigos- ni siquiera en otra vida.
Nunca fuimos amigos. Siempre fuimos nosotros.
Fuimos raros, pero me gustaba serlo. Era lo importante. Sentirnos bien, pero sentirnos.

No llego a entender ni yo por qué se acabó todo. Fue tan absurdo ese punto y final que, por no doler, dolió el doble.
Nos quedamos rotos y el uno sin el otro.
No voy a negarte que el cariño se vaya, o se extinga. No. El cariño que te he tenido siempre se queda guardado. El que pueda llegar a darle a otras vidas no serán ni iguales ni diferentes al nuestro, serán "otros".
Ahora que acaba el verano, y aunque tu no vayas a marcharte nunca de mi vida, si me gustaría que tu recuerdo se disipara de mi cabeza. No por nada, pero me gustaría continuar. De cero.
Miento. Es tarde para empezar de cero, pero quizá sea capaz de hacerlo desde cero con cinco.

Yo si que no pretendo nada con esto. Yo si que no olvido los tu sabrás.
Busco aclarar todo lo que nunca nos diremos. Encuentro esto demasiado triste como para poder ingerir tanta penuria y luchar por ser feliz.
Quisiera agradecerte todo lo bueno que me diste- que no fue poco.
Gracias por enseñarme a querer un poco más y mejor,
por dejarme entrar a formar parte de tu vida, 
por hacerme tuya y por hacer que me sintiera especial de todas las formas posibles.
Y sólo gracias.

Me encantan esos "Que te vaya bonito" que nunca están demás cuando nuestra despedida fue un hasta siempre sin quererlo.
Perdóname, si puedes.

Cuídate y sé feliz.



a M.

No hay comentarios: