martes, 29 de septiembre de 2015

Si me dijeras ven, yo no sabría que hacer


(Ocaso del sur, nueve de septiembre)

Domingo de norte con algo de sur.
No sabría muy bien explicar cómo me siento.
Domingo expectante, esperando para volver a verte sonreír.

Lo siento si me he colgado de tu sonrisa.
Tarde de domingo no demasiado fría, queriéndote ver aparecer por la esquina donde te encontré por primera vez.
Pero parece que la vida nos trata a base de casualidades y, si nos volvemos a encontrar, ya será tarde.
No habrá más domingos juntos, ni madrugadas de miércoles a golpes contra los cristales.

Me enteré de que cada séptimo día te escapas hasta su cama a respirar otra bocanada más de aire.

Y yo ya no pregunto por ti.
Me da miedo.
No pregunto porque me falten ganas, sino porque estoy construida sobre cimientos de decepciones, mis ventanas son marcos de ilusiones rotas y no me apetece enamorarme.
No me apetece, me muero de ganas.
Pero quizá ese sea el problema, que sobren ganas y nos falte todo el tiempo que no nos daremos en casualidades.

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