jueves, 16 de enero de 2014

Cuando quieren arrebatarte la vida a pruebas

Y hoy he dado de bruces en el suelo contra la realidad. Me he dado cuenta de cuanto puede cambiar todo si decides desaparecer. No quiero perderte, no podría.
Desde pequeños hemos compartido tantas risas, tantos recuerdos y secretos…
Dicen que solo son unas pruebas, pero a prueba me han puesto a mi esta tarde al preguntarme. Si estuvieras en su lugar, si no te quedara mucho ¿qué harías? ¿cómo te plantearías la vida?
He querido salir de aquel coche en marcha demasiado inconsecuente. No he podido. Me he hecho pequeña y el mundo se ha hecho grande a mi alrededor. He sentido la ferviente necesidad de buscarte entre tantos contactos de mi agenda, entre los que se van, los que van y vienen, y llamarte. Necesitaba o oír tu voz. Escucharte decir Carol estoy bien. No es nada. El que se queda, siempre eres tú. No me falles, no te vayas. Ni ahora ni nunca.
A ella la he oído llorar fuerte incluso sobre la lluvia por los pasillos de una casa demasiado sola, te quiere, no la castigues por ello; y a tu pequeña princesa no has tenido el valor de decirle cuanto la quieres sin motivo. Ella no sabe nada, sonríe feliz al verte mirarla. No podría dejarte estar con alguien que te mereciera menos. Yo no puedo reír. No sé mentir, y es que te quiero tanto…Desde aquel día que dijimos amigos para siempre, me has enseñado que con el paso del tiempo los amigos siguen sosteniendo tu mano.
Son unas simples pruebas, unos datos que pueden ponerte fecha de caducidad, antes de la cuenta.
Tu sabrás si quieres vivir la vida o pasarla con miedo, lo que si puedo asegurarte es que mi mano no se ha movido, aquí sigue junto a la tuya, en la distancia.
Pelis de miedo bajo una manta demasiado cansados para enterarnos, risas cómplices, helados demasiado derretidos, tu odio hacia el chocolate, las tardes de los veranos, llamadas interminables, las calles llenas de gente. Todo ello, todo lo nuestro te lo estoy guardando para cuando te vea, y decida que la realidad puede ganar la batalla pero podemos seguir luchando hasta que no queden fuerzas. Que el reloj nunca se para pero los sueños se hacen realidad. Que la vida se vive y las promesas se cumplen, que me tienes aquí.


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