miércoles, 15 de enero de 2014

365

Hemos cambiado.
Lo peor es que te has dado cuenta.
Tanto tiempo hablando de que no queríamos cambiar, tantas noches diciendo que queríamos que todo siguiera como antes pero, lo siento, es imposible.
En primer lugar porque lo nuestro nunca fue nuestro, fue del tiempo. Se lo quiso llevar todo a contrarreloj cuando aún no éramos más que un juego de niños.

Vamos a centrarnos en hechos, contrastemos pruebas, afirmaciones. Si tensas mucho un elástico este acabará por romperse. Según Murphy, si untas la tostada con mantequilla y mermelada y esta decide resbalarse de tus dedos, dará de bruces en el suelo por la parte pringosa y recién untada y te joderá el lunes. Si te levantas demasiado dormido por la mañana revisa los botones, seguro que llevas la camisa coja, o a lo mejor llevas cremallera., o ni siquiera tiene botones. Si recibes un golpe te duele, o no. Si llueve te mojas, a no ser que lleves paraguas. Pero para aquellos a los que les gusta mojarse bajo la lluvia, aquellos que se levantan bailando y para los que aún no han inventado un volumen lo suficientemente fuerte para sus ideas: para ellos va nuestra "no historia".

Como todo, lo que empieza tonteando acaba gustando; y claro, si los dos ponen de su parte, gusta. Gusta y mucho. Tanto como para poner un mundo patas arriba. Tu vida se convierte en una auténtica montaña rusa, subes, bajas, vienen curvas. Pero el mejor momento, con el que yo me quedaría desde luego es al terminar de subir la cuesta más alta. Esa que tarda demasiado en tu cabeza y que los latidos no te permiten escuchar el ruido de tu alrededor, esa en la que tienes los ojos tan fuertemente cerrados que duelen, pero decides abrirlos y disfrutar, entonces caes.
En un año da tiempo a tanto, y es que somos tan tontos...
Siempre se dice que la persona que realmente te gusta es aquella en la que piensas cuando te levantas y cada noche antes de irte a dormir, pues bien. Eras, tú. Es un "eras". No es un "eres" ni un "serás".
Después tenemos la evidente bipolaridad masculina, esa que hace que las mujeres seamos la querida montaña rusa. Un poco de litio, por favor. Eso si, sin perder el sentido del humor.
Te acercas a mi, lentamente. Yo como tantas otras veces-tonta de mi- decido que puedo compartir todo con cualquiera y ahí está mi error, donde la cago siempre. Confío mucho en la gente.
Volviendo con Murphy, si mi vida decide caerse cargada de mermelada y mantequilla, ¿también me daré de bruces contra el suelo? Seguramente si.

Por eso, después de esta confusa historia, en la que pasó lo que no pasó y nunca pasa lo que ha  pasado, decido ser yo. Simplemente me río, tiene gracia, no me enfado, eso es todo. 

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