sábado, 11 de julio de 2015

Todavía busco un porqué

a M.


Puede que no sea casualidad que la espuma de las olas borren las pisadas. Puede que nuestra tinta de pared fuera borrada a traición y tiempo después, solo quede blanco. Puede que eso signifique una segunda oportunidad.

Puede que tú y yo nunca llegáramos a ser un para toda la vida.
O puede que si.

Todos tenemos nuestra lucha, todos, en el fondo, sabemos perfectamente qué perseguimos, o por quién perdemos la cabeza.
Una y otra vez los obstáculos aparecen en el camino. Decidimos huir.
Sin saberlo, tenemos miedo de no saber.

El único problema aquí es que no nos entrenan para estrellarnos contra la vida.
Nos entrenan para estar de paso por ella, para escondernos del rojo de sus mejillas e irnos a dormir cuando brillan las estrellas en el cielo.
Juro que he visto mil colores en una puesta de sol de verano y me puedo declarar independientemente aprendida con tan poco de vida.

Y cuando llegas al final de una lucha, tu lucha y, ves que lo has conseguido.

Entonces puedes con todo.


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