miércoles, 1 de julio de 2015

Luna llena de verano

Y llega el verano, de luna llena.
Esta noche algo de brillo resta en mi mirada, quiere ver la vida de colores en la oscuridad.
Han pasado los días del calendario, prestos, sin pastillas de freno que remediaran una cura emergente, casi sin querer- como diría Defreds.
Y llegamos.
Llegamos a julio, a uno a primero.
llegamos a un mes que no es sonado, que es el relleno perfecto de un sandwich entre junio y agosto.
En el que comienzan los finales y terminan los principios.
Un mes extraño, raro.
Para vosotros, tan de verano, pero claro: siempre es verano en algún lugar.
Julio, tu que compartes penas y alegrías, que compartes el placer de existir con otros tantos.
Que de César o de Verne, ni nos olvidamos. Nos falta el laurel, un imperio y las maravillosas cinco semanas en globo para llegar a tiempo.
Nombre sonoro, recio, nombre de  los grandes y sin embargo, tan pequeño, tan corto y tan ciego.
Te has ganado sentir sobre tu cielo a las más viciosas estrellas. Te has ido por la puerta de atrás sin hacer ruido, tras escuchar el aplauso que te brindamos tantos.
Quédate, en boca de Diego Cantero.
Que Voy a volver a quererte, como susurra nuestro querido Andrés.
Pero estamos en Julio y yo, me quedo con él.


No hay comentarios: