miércoles, 29 de julio de 2015

Sólo eso


(Katharine Hepburn)



Y te quiero de manera incondicional, por encima del paso del tiempo y de las razones, por encima del peso del mundo.
Te quiero los lunes rezagados, los martes bien entrados en semana, de rutina.
Te quiero los miércoles, que se me antojan maravillosos para querer de cerca; los jueves llegando al ecuador de la semana.
Te quiero los viernes de fiesta, los sábados de madrugada y los domingos de resaca.
He aprendido a quererte con dolor de cabeza y sin el.
Por cada pasillo del supermercado, por cada esquina de plaza.
Te quiero sobre ruedas, y por mar y tierra. Te quiero hasta las pocas veces que he flotado en el aire.
No he podido remediarlo, me enamoré de ti.
Me enamoré de todo lo que me hacías sentir y ahora que la soledad me invade, mi brújula se ha olvidado de calibrarse sola.
Te quiero feliz, te quiero cerca, enfadado y contento.
Te quiero a rabiar, a matar.
Te quiero comer.
Quiero sentir que te hago la falta que me quema por dentro.
Quiero no ver el final sin adivinar el principio.


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