jueves, 16 de julio de 2015

"Te cambio el aplauso por un fin de semana en Cádiz"- Andres Suarez

Voy a viajar a un lugar sin nombre, mucho más al sur de tus caderas. Donde las líneas del cielo y la tierra se funden en un punto de fuga al oeste del horizonte.
Paraíso, le susurran algunos labios aún dormidos.
Viajaré hasta que el sol me encuentre, hasta que el aire se convierta en viento y me revuelque en la espuma de las olas.
Estaré sentada, hundiendo los pies en la arena.
Felicidad.
Iré hasta el fin del mundo, solo si eres la ultima parada, en la que me quise bajar siempre.
Como cada año, como cada verano, llega el momento de partir.
Un tiempo feliz y a la vez amargo que barrunta mi cabeza.
Viajaré hasta que Peter me traiga la segunda estrella y no lleguemos rectos al amanecer por el carril de la derecha.
Llegó la era de las noches jóvenes y eternas, esas que aunque una quiera, siempre llegan a su fin.
Llegó también el momento de los ocasos sin palabras; digo sin palabras, porque para captarlos únicamente se necesitan fotos con la retina. Captarlos como concepto de disfrutar la vida.
Llegó el preludio, el de los amaneceres bailando, cuando las luces de las farolas todavía quedan despiertas.
Y después los días, que pasan lentos, pero no en balde.
Y como nunca habrá norte sin sur, ni sur sin norte: llegarán los paseos de hombre tranquilo respirando sal, a la deriva. Con un gallego poniendo música a tanta magia del sur, solo, con las cuerdas de su guitarra, ya rasgada de tanto llanto.
Y el volumen alto, mientras amanece y nadie comprende que pierdas la cabeza por sus letras de desamor.
Pero nadie se ha pasado, como tu, media vida escuchando lo que tenía que decir.
Nadie se paró aun a entender si dolía y tú, ávida de ganas te refugiaras en los restos del alba.



(Julio en Cádiz)

1 comentario:

Caracola dijo...

Me has hecho soñar, como siempre.