domingo, 14 de junio de 2015

Humano


Ambos querían vivir, pero solamente uno sobreviviría. 
Eran dos gotas de agua. Nadie era capaz de diferenciarlos: Pelo oscuro, ojos claros y misma expresión en el rostro. 
Uno, la máquina; otro, el humano. 
-Soy yo.-Repetían sin cesar. 


La luz se fue. 
En aquella oscuridad sólo uno de ellos gritó. 


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