Hasta las cosas que nunca pensé que asociaría a tu persona aparecieron y me recordaron que dejaste huella.
Una vez me dijeron que las personas somos como esas huellas. Que solo nos echamos en falta cuando ya no estamos.
A kilómetros de ti. A años luz de aquella vida que una vez se empeñó en cruzarnos.
Intenté leer, concentrarme en miles de palabras que no me sugerían nada.
No las entendía.
Lo único que pude pensar realmente era el último sueño en el que apareciste tú.
Y me cansé-
de soñarte,
de quererte,
de extrañarte,
de dolerme.
Me cansé de ser nosotros, sin ti.
Puede que extrañase lo que ya conocía, aquella rutina, saber que estabas bien.
Pero cerré el libro y quemé las dudas.
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