jueves, 21 de noviembre de 2013

Tan lento, tan rápido

Por eso. Porque no pensaste que todo iba a acabar tan rápido. Aquel fue el motivo de que no le agarrases la mano lo suficientemente fuerte. De que sus dedos se escaparan de entré los tuyos. Estabas tan ciego que no te diste cuenta de que ella se iba convirtiendo poco a poco en una sombra etérea de tu presente.
Tuviste miedo. Tuviste miedo a perderla, a decirle para siempre, a enamorarte. Quisiste ser por los dos y ella se negó.
Desde la ventana veías caer la lluvia. Una voz profunda salía de aquellos molestos auriculares para adentrarse en tu cabeza. Se fue con el verano, con el sol.
Ahora hace frío, hay demasiado vacío. Una única farola ilumina una calle angosta que aún queda en tu recuerdo. 
Adele. Ella te entiende, ella pasó por lo mismo. No quisieron que fuera de nadie. Sólo que ella sabe que es fuerte, que ya no le harán más daño. Ha sabido seguir adelante. Sabe cuidar su melena rubia como signo de fortaleza, una vez que abre la boca los suspiros se escapan en forma de melodía. Un micrófono permite que su voz llegue más lejos, que la escuche él. Aquel que quiso decirle adiós. 
Simplemente mírala ahora, es feliz.


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