domingo, 3 de noviembre de 2013

No es mentira en realidad

 Y porque ya no sé lo que es verdad, y es mentira. Porque hace tiempo que dejaron de dolerme las heridas y el corazón sin estar sano, aún respira.
No hubo tinta, ni paño que secase lágrimas. Hubo marca, sin cicatriz. Todo se borró, se borraba entonces aunque no por culpa del agua. No estaba hecho para ella, no marcaba. La vida.
Encontré en el desván bajo la noche alumbrada unos cuantos escritos. Qué escritos, sin una palabra. Sueños, pensamientos de madrugada.
Pero hace tiempo que ya no están, que las palabras mataron al sentimiento, obviaron a los recuerdos y no dejaron vivir más.
Era lápiz, eran papeles blancos, con blancura de espuma.
Escuchaba los susurros de las olas a lo lejos, escuchaba su voz en el viento.
Y se preguntaba, ¿por qué pasaba el tiempo? ¿Por qué no congelarlo? Tan tiempo...
Vislumbraba tan cosas, tanta belleza en tan poco tiempo, tanta alegría, tanto cariño que no sabía que era lo cierto.
Esta oscuro y hace frío pero no por eso miento. Las palabras verdaderamente no están borradas, ni se fueron lejos. Siguen aquí, en mi cabeza. Las sostengo en un suspiro, no dejo que todo sea un cuento.


1 comentario:

Rubén Ortiz dijo...

Nada mejor que deleitarse en la lectura de tales palabras y pensamientos, después de llevar horas y horas leyendo a Unamuno y sus amiguitos del 98 :)