domingo, 22 de marzo de 2015

Como locos.


Como dos personas sintiéndose una. Como las olas del mar susurrando a nuestro oído que no nos movamos de posición. Como la arena dando un giro a nuestros cuerpos.
Qué equivocados estábamos. Quien nos iba a decir a nosotros que terminaríamos así. Siendo mejores amigos, mejores amantes. 
Miro al pasado, reflejado en tus ojos y no me lo creo. No creo que ahora seas tú el responsable de mis sonrisas. No me creo que con un simple ¿vienes? mis pies se muevan sin querer.

Como un domingo en la playa, como un domingo tranquilo, de los de siempre cuando estoy contigo. Los domingos me da por llenar mi vida de palabras, por recordar y volver a acordarme de ti.
Te miro y no sé qué he hecho bien y qué no. Solo soy capaz de disfrutar de tu compañía, de tu risa y de más atardeceres de invierno cuando este llega a su fin. En la playa. Donde un día nos conocimos, donde pasamos de ser extraños a necesitarnos aún más fuerte que el paso del tiempo.

¿Quieres que te diga por qué?
Es imposible. Ni yo misma sé enumerar las razones por las que no me sale estar enfadada contigo más de dos segundos. Es algo tuyo, algo de tu carácter lo que me impide estar triste, lo que me saca las fuerzas de donde hace tiempo que se extinguieron aquellos rescoldos. Eres tú el que llegaste para romper todos mis esquemas, el que tiraste al mar mi metódica y aburrida vida para hacerla interesante. Y aún no entiendo cómo pude gustarte.
Eres tú el que me ha enamorado de la vida cada día un poco más, hasta el punto de querer conocer todos los misterios de su universo a tu lado.

-¿Crees que lo conseguiremos?.
-Juntos, seguro.

No hay comentarios: