sábado, 10 de mayo de 2014

Guiñar al sol

Acariciar esos recuerdos con los dedos de una sola mano, agarrarlos fuerte... ¿Cómo puede doler tanto echarte de menos? Dicen que se echa de menos la persona en la que nos convertimos cuando estamos con otros y puede que sea verdad.
¿Cómo podemos ser tan cómplices de una persona? Cuánto pueden cambiar las cosas…
Ya desde hace tiempo. Las cosas no son las mismas. Las conversaciones de madrugada terminaron, las ganas se fueron extinguiendo. ¿Dónde quedan todas las risas? Las estoy buscando, y eso que no se me da bien buscar, pero no por eso he dejado de hacerlo. Somos dos vidas paralelas que se volvieron locas y decidieron cruzarse en el camino, dos náufragos sin una isla desierta y dos mensajes en botella. Pregúntale a las estrellas cuánto hace que no sonríes como antes. Ellas te traerán de vuelta.
Porque te necesito a mi lado. Necesito que seas tú, de nuevo, quién entienda cuando no quiero sonreír y que vengas a abrazarme, necesito nuestras bromas. Necesito todas aquellas pequeñas cosas que aunque puedan parecer insignificantes me hacían feliz. Sigo siendo feliz, pero menos. Te echo tanto de menos…
Encuéntrame. Sin ti, me pierdo.

a N.

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