martes, 24 de septiembre de 2019

Introspección

Me siento fuerte.

Me siento feliz y contenta. Y tengo ganas.

Ganas de demostrar que puedo- que no he llegado hasta aquí en balde y que
soy un poco más capaz que ayer.

Tengo ganas de escuchar decir a la vida que necesita mi abrazo.

Hemos estado tomando café.
Comencé hablándole de usted pero nos tuteamos al tercer sorbo.

Me ha parecido excepcional, me ha contado todos los planes que tenía para con nosotros.
Me ha gustado porque, aunque no estamos de acuerdo en todo, el respeto era mutuo.

Quiere que me caiga de cuando en vez para aprender a levantarme.
Yo le he dicho que lo intentaría.

Lo cierto es que, más que miedo a la caída, le tengo miedo a que  las piernas no respondan a las ordenes de mi cabeza.

No es miedo a fallar si no a no terminar viéndome donde quiero llegar.


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