domingo, 18 de enero de 2015

Rotos

Que te llegue una llamada, y que todo se acabe.
Nunca pensamos que esto duraría para toda la vida-
aunque aprovechamos al máximo el presente: Vivimos al límite.
Que haga tiempo que no te despiertas a su lado y que no sea lo primero que ves al abrir los ojos cada mañana.
Y que duela.
Que duela mucho.



(Kate Winslet, Jim Carrey- Olvídate de mi)

Y ahora es cuando este sentimiento raro me invade. No sé lo que soy, ni tan siquiera si esto tiene sentido. Tampoco intenté buscarlo hasta ahora. 
El caso es que personas que tú has visto como un todo un día te levantas y ese todo se separa, se bifurca. El viento sopla en direcciones diferentes y la arena de la playa se deshace por el poder de las olas del mar.
Hay veces que tomar una dirección u otra es la única alternativa posible. La única medicina para dejar de poner tiritas al corazón.
A veces es el único remedio para la felicidad.

Pero, ¿qué es una felicidad sin compartir? ¿Qué es con destinos separados? ¿Y con tierra de por medio? ¿Es la felicidad que tú quieres que sea?
¿Estás seguro de que eres feliz? O solo intentas serlo, de boquilla.

Y es cuando recuerdas que, felicidad para ti, significaba un café de madrugada, tantas tardes en la playa y las risas que os echasteis aquel verano a las espaldas.


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