domingo, 30 de marzo de 2014

Son cambios

Quizás haya sido una pequeña punzada de dolor por todo lo perdido. Ella ha sentido que fue la que destrozó su destino al recibir esa misiva y volver a leerla cada tarde una y otra vez.
Piensa en todo lo que pudo haber sido y el corazón se le ha quedado encogido.
Los árboles de aquel parque le susurran al oído con ayuda del viento. Las estrellas ya se han ido y no queda más que un azul truncado decorando el cielo. Una flor casi marchita de un color muy vivo intenta salir a la carga entre el verdor de tanta vegetación que amenaza con devorarla.
Ahora no quedan más lágrimas. Hasta ellas la abandonaron en su tiempo. Ya no hay vuelta atrás.
Quizás sea que le duele ver su nombre completo desde pequeña que su abuelo la amenazaba de esta forma, a gritos. Quizás sea porque de la misma forma que uno se cae, se vuelve a levantar sacudiéndose los restos de suelo que quedan sobre sus rodillas, quizás porque tras dormir y soñar, uno abre los ojos buscando la luz del sol.
Puede que todo sea un sueño y que sea algo relativo, esto de decorarlo todo con un sentimiento como el amor.


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