jueves, 20 de marzo de 2014

Luna que te dieron que brillas tanto en lo alto

Descansa la noche, que la luna brilla,
quería tejer maravilla.
Si no era ahora, es entonces,
si no cuando el aire se oxida, en un rato,
quizás más tarde, lo que importa es que fluya la brisa.
Entonces la miras.
Encuentras el dolor en cada lágrima perdida
y en todos los recovecos de su pequeña sonrisa.
Buscas su alegría en las setecientas esquinas
que sin darse cuenta la han dado por perdida.
Y la miras, y la miras y fuera, el cielo brilla.
Y es ella de nuevo, la oyes y amas su risa.
Su reflejo se pierde en las olas,
su mirada queda fijada en la enyesada cornisa.
Ve la luz y te mira, siente lento y suspira, siente fuerte
y termina.














Artificios en un Cádiz de verano.

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