domingo, 16 de febrero de 2014

Tarde o temprano, todo vuelve.

Se tumba encogida en la cama y mira al techo. Mira su móvil esperando algo que le haga regresar, aunque hace mucho tiempo que no sabe nada de él. "Nada".
"Parece que se te ha olvidado. Que es cierto eso de que la distancia lo cura todo o eso dicen porque yo soy de las que sigue aquí. Todavía le doy vueltas a todas las cosas que me han contado. Ese no eres tú. Al menos no eres el que conocí...
Creía que recordabas nuestra historia. Un verano juntos, nuestro secreto. Sólo nuestro.

Nunca pensé que lo que susurrabas a mi oído sería mentira, nunca pensé que te irías de mi lado, y decidirías tomar la vía rápida. Escapar. Estabas harto, me decías. No se podía enterar nadie, susurrabas.
El caso es que yo soy la tonta que pierde la cabeza por tu sonrisa, esa demasiado ingenua que se lo traga todo, y que añora nuestros besos salados en las tardes de verano.  Siempre a escondidas.

Luego me llegaron rumores de una nueva ella. No podía creerlo pero es verdad, ya no existo. Al menos para ti. Prefieres ir tras el prototipo de  barbie exageradamente maquillada. Prefieres comerle la boca, en lugar de besar tímidamente ¿recuerdas? No, creo que se ha borrado todo de tu cabeza. Prefieres rozarla a rodear mi cintura con tus brazos, prefieres hacerlo en público a quererme en secreto.
Por mi puedes quedártela, toda entera para ti. Sé que ella nunca va a hacerte sentir como te hacía sentir yo, sé que con ella nunca tocarás el cielo."

No muy lejos de aquella chica, en la misma ciudad…
Cierra la puerta asustado. Está todo demasiado oscuro, todo. La lluvia cae sobre el cristal a unas altas horas de una madrugada de invierno. La nueva ella lo ha llamado pero no le ha cogido, pasa.
"Algo no quiere que yo la vea, no me dejan quererla. Lo hago por él. Soy demasiado gilipollas, pero es mi amigo. Soy amigo de un cabrón, que le voy a hacer. Él le ha hecho mucho daño, ha jugado con ella como nunca nadie lo hizo, y ella presa de su silencio se enamoró.
Yo intenté traerla hasta mí. Era demasiado increíble para ser verdad. Tuvimos que decirnos adiós. Demasiado pronto. 
Echo de menos sus besos, sus caricias, su risa. La echo de menos entera, y echo de menos que fuera solo mía. Ahora seguro que se habrá enterado de que estoy con otra. Cómo odio esto... Debería de llamarla, contarle que todo fue culpa mía, por no saber quererla como se merecía, por mostrar lealtad ante una persona que no vale nada.
Él me la presentó. Aún recuerdo cómo aquel día mi corazón no quería quedarse quieto. Hablaba solo, y decía que la besase.
Cuando nos dijimos adiós no supe como hacerlo. Creo que ella no captó lo que le intentaba decir…con los ojos. Nunca quise que se fuera, nunca quise perderla. Y creo que ha llegado el momento de remediar eso. Antes lo he visto. Necesito decirle que no aguanto más, que se joda pero, yo me quedo con la chica…"

El corazón le late demasiado deprisa. Con un "Baja" espera a su "amigo en el portal.
-¿Qué pasa hermano?- Dice el joven que acaba de salir de su casa.
No le da tiempo a reaccionar. Una mano cargada con demasiada rabia cae sobre su mandíbula. Donde más le duele.
-¿A QUÉ VIENE ESO?- Aulla el joven dolorido. No se da cuenta de que su amigo está llorando. Rabia, impotencia…
-A queno me vuelvas a pedir que la olvide. NUNCA. La quiero, y apártate de ella. Ya la has jodido bastante.
-¿Pero que dices? ¿No estabas con Laura?
-Laura…la tía con la que tú decidiste que debía estar no yo. La tía más superficial a la que he "tenido el placer de conocer". Se acabó.
-Era mía…-Susurra su amigo.
-Tu lo has dicho, "era".-Comenta Marco fríamente.
Acto seguido, con la lluvia sobre su cabeza se da media vuelta y se aleja. Ya sabe lo que va a hacer. Aún quedan un par de horas para que amanezca, aún es pronto para llamarla. Pero ya no podía más.
Llega hasta aquel portal que tan bien conoce para evitar mojarse mientras para de llover. Con las primeras luces de la mañana saca el teléfono del bolsillo y la llama.
No contesta nadie. Mierda. Ve que una vecina sale y rápidamente entra en el edificio. Sube las escaleras nervioso.

Ella se ha despertado. Estaba durmiendo y de repente le ha llamado. Que la deje en paz. ¿Qué se ha creído? Ahora llaman a la puerta. Sus padres se fueron de viaje ayer, no cree que fueran ellos.
Se levanta pesadamente de la cama y corre por el pasillo para abrirla.
Como si lo hubiera sabido se encuentra de nuevo con sus ojos ante ella. "Mara despierta" Se dice. Pero no es un sueño. Es él. Y está…¿mojado?¿en su casa?¿tan…? No lo recordaba tan guapo.
-¿Qué haces aquí?.- Que borde ha sonado, pero no quiere que se le note que aún queda algo.
No reaccionan. Unos segundos en los que él se da cuenta de que ha tomado la decisión correcta, la quiere.
Con cuidado se acerca a  ella y la besa. Es un beso lento, demasiado lento, como los suyos de antes. Como los de siempre. Ella no le pide explicaciones, solo corresponde.
Cuando se separan él le pide perdón. Sabe que le ha hecho mucho daño, pero tras explicárselo todo ella está más tranquila.
-Me gustaría proponerte algo….
Ella lo escucha con atención, lo vuelve a mirar a los ojos ¿por qué le gustará TANTO?
-Quiero que seas mía.
-Me parece que no querías eso…Además no nos salió muy bien ¿te acuerdas?
-Esta vez sí. Te lo prometo, sin secretos, sin personas de por medio. Solos tú  y yo…¿que me dices?
Ella lo abraza. Cómo lo necesitaba…
Marco con la sonrisa tan suya acaricia su pelo, su risa y con cuidado saca una pequeña flor de su bolsillo que le ha dado tiempo a coger para ella por el camino.
-Esto es para ti…-Susurra colocándola en su pelo.-Te quiero.


1 comentario:

Rubén Ortiz dijo...

Créeme cuando te digo que deberías de escribir un libro