sábado, 8 de febrero de 2014

De repente sientes que sólo existe ella

Aclárate. Si, tú.
Eres el que la persigue, el que le susurra al oído lo guapa que está cuando sale por la puerta. Eres el de los besos en los ascensores, el de los abrazos a traición. Eres de las pocas personas que dicen realmente lo que siente. Pero no quieres que eso acabe, eres tú el que ha decidido soltar su mano sin embargo, vuestros dedos siguen entrelazados.
No la marees. Sí vas a quererla hazlo bien, es lo que se merece y tú lo sabes.

No le busques las cosquillas para luego no mantener la mirada, no la cojas para dejarla caer más tarde, no la enamores para enamorarte tú. Enamórala con cariño para que se convierta en el sol de tus mañanas, quiérela lentamente para que sea la estrella que más brilla en el firmamento y luego, dile que la quieres al oído.

Puede que se lo hayas dicho muchas veces, tantas y de manera tan impersonal que ni ella misma se lo crea, por eso hazlo en un suspiro. No le digas que no quieres hablar con ella cuando sabes que te mueres de ganas, dale las buenas noches, siente que es tuya.

Sabes que siempre has sido tú, que no hay nadie más. Sabes que todo lo que te dice es para que pienses que saliste de su cabeza pero ella....te quiere.


1 comentario:

Rubén Ortiz dijo...

L'amore arriverà a quella ragazza