lunes, 1 de octubre de 2012

Volvió a ser niña de nuevo nada más pisar aquellas tierras. Era todo maravilloso, le recordaba a sus mejores momentos de la vida, esos en los que el camino te regalaba una flor, en los que el cielo solo era azul, ninguna nube lo invadía, ni siquiera aquellas que dejaban de lado a la razón y cabalgaban sobre la imaginación infantil. Volvió a mirar sus rodillas desprovistas de cualquier madurez, repletas de tontas heridas de las que había aprendido todo lo que sabía. Rozó sus cabellos sorprendida. Eran cortos, suaves y dos lazos colgaban, debajo hebillas...
Vio la alegría en los ojos de los demás, las sonrisas volvían a ser sinceras una vez más. Olvidó lo que era el odio, la arrogancia, la presunción. Corrió a abrazar a todo aquel que extendía sus brazos havia ella sin pedir nada a cambio. De nuevo aprendió a ver los colores y con ellos la magia del arco iris.
Aún vive allí sumida en la eterna infancia, sabe que es producto de una imaginación tremendamente superior y que cuando todos decidan madurar, ella morirá pero, por ahora se conforma con ser feliz .

No hay comentarios: