domingo, 5 de agosto de 2012

un adiós sin para siempre

-Solo quiero que sepas que te llevo en el corazón siempre, sin discusiones. Eres una persona maravillosa a la que le da miedo mostrarse como es realmente. Que sepas que te deseo lo mejor, que quiero que seas feliz y quiero tenerte en mi vida. Olvidar contigo no vale porque has escrito tu nombre muy fuerte en mi y la tinta no se va. Que esas gafas que ocultan tu rostro debes quitartelas y dejar ver que la belleza esta en la mirada, que no todo vale y gracias por enseñarme a aprovechar los buenos momentos de mi existencia y a darme cuenta de las cosas.- Susurró ella abrazándolo.
-¿Por qué? Yo no he hecho nada. Únicamente te he dado lo poco que tengo.
-Pues eso era lo único que me hizo feliz realmente: darmelo todo sin esperar nada a cambio. ¿Me prometes que vas a aprender a distinguir entre eso y lo que realmente importa?- Quiso saber ella.
-Ayer tiré las gafas...- Sonrió, ella no se habia dado cuenta.
-Gracias.-Susurró ella a su oído aferrándose al sentimiento de culpa por dejar a un amigo tan especial.

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