martes, 7 de agosto de 2012

ahogar penas, derramar esperanzas...

Aquella fue la gota que colmó el vaso, adornada con limón, algo de alcohol y demás florituras. El problema era que eso no bastaba para sanar sus heridas. El problema era él. Quiso aprender a olvidar para beber en lugar de beber para olvidar, pero lamentablemente, nunca fue demasiado fuerte. La vela se había apagado y una lágrima resbaló sobre el vaso de cristal.

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