viernes, 28 de octubre de 2016

Vida en verbo

Irse de las manos- como persona o como concepto de desmadre.

Volver tornados a tus tripas.
Querer con ganas gastadas.
Estrenar enfados.
Ocupar estómagos repletos de mariposas,
terminar con pájaros en tu cabeza.

Perseguir sueños y odiar daños.

Que tu sonrisa se vuelva bonita con el paso de las horas,
y nuestros besos maduren con el de los años.

Volvernos maduramente inmaduros.
Jugar como Lope, al claro desengaño.

Imaginarnos juntos y gustar a nadie.
Ser escépticos de miras y bohemios de tardes.
Conocer las estrecheces del alma, y el ancho del arte
Llegar-hasta dónde- para aparecerte en ninguna parte.

No salir a matar, ni a morir.
Pasar noches, quemar lunas.
Sufrir eclipses de cabeza.
Volar para hablar, charlar,
bailar, reír, llorar,
y que a la conjugación no le de por acabar.

Hablar de salvar- Sé mi salvavidas y sálvame de mi.
Cruzar líneas de metro, ríos, brazos, caras, bocas.

Guiñar al sol.
Esperar,
y escapar.


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