domingo, 9 de octubre de 2016

Banda sonora de vida

Hay canciones que por un motivo u otro, siempre vuelven.

Vuelven siempre a recordarte quien eres y en qué momento te convertiste en esa persona.
Siempre vuelven a sonar.
Y en ese instante algo se acciona en tu cabeza. Y te llueven recuerdos, casi como tormentas de verano en pleno invierno.
Las botas de agua se te quedaron pequeñas y tu paraguas tiene demasiados rotos. Y tú te mojas con tus propios recuerdos.
El poco rímel que vestía tus pestañas se resbala por tus mejillas.

Hay canciones que vuelven siempre para respirarte profundo. E impregnarte.
Las hay que tienen el poder de tele transportarte al día 'X' en el momento 'Y'. A instantes que nunca pensaste revivir. A momentos enterrados en un cofre, en tu jardín.

Hay canciones que son personas. Por su vitalidad, por su forma de definirnos, por sus versos, por su sentido, el que nos cobra en cabezas ajenas, siempre por culpa del recuerdo. Como tú y como yo.

Y luego hay canciones que son banda sonora de la vida. Que te resuenan sin estar presentes cuando ves sonreír a alguien que te importa, cuando paseas lento, cuando bailas a ritmo frenético, cuando te apetece cantar a voz en grito. Cuando te escapas a Madrid, cuando guardas un secreto, cuando te concedes el beneficio de la duda y tiras por la borda las prisas...

En mi vida hay tantas canciones que llevan tu nombre que se me hace raro que el que faltes seas tú.

Hoy ha vuelto una de ellas a mi cabeza. Mi preferida, realmente. Favorita por la voz de Alberto de fondo, por lo que supuso, por la lágrima que se me escapa cada vez que vuelve, o tal vez, por lo mucho que me gustaba nuestra rutina anárquica.
'Mi rutina preferida' eras tú, y Miss Caffeina tuvo la culpa.
Pero claro, hay canciones que también llevan mi nombre y el de mis desastrosos domingos.
Por eso, yo me encargué del resto.

1 comentario:

Papa dijo...

Carolina,pásalo bien,no te rías de mí, no me arranque la piel ....
Un beso