domingo, 8 de mayo de 2016

Recuerdo

Re cuerdo.
Cuerdo.

No estamos cuerdos.
Me he dado cuenta de que sólo los locos olvidamos.
Que tenemos el privilegio de borrar de distintas formas lo que una vez nos hizo daño. De que no guardamos copia de seguridad.
Los locos escribimos, como terapia, para dejar escapar un poco de nuestra locura, y sentirnos bien con nosotros mismos.
Aunque siempre quede una huella difuminada por la espuma del mar. Nuestra seña, nuestra identidad.

Los locos somos capaces de jugar sin pensar en las consecuencias, de tocar el fuego sin quemarnos, de querer más cuanto menos nos dan.
Somos locos de remate, de jaque.
Somos una torre que se tira por un God save the Queen, el peón que se sacrifica para proteger a su rey, y el caballo astuto que recorre tres pasos y retrocede dos. Saber retroceder a tiempo no es de cobardes.

Locos, los que Roxette les parece una buena opción para la nostalgia del domingo.
Los que amamos los domingos.
Los locos somos los que pisamos solo un tipo de baldosas sobre las aceras, o las blancas o las negras- y al mismo tiempo adoramos el gris como estado, sobre el cielo.

Los locos somos los que damos vueltas a la cabeza, paseando los olvidos de madrugada. Los que bailamos y reímos sin importar el porqué.

Somos locos si, contra todo pronóstico, contra toda inclemencia del tiempo, seguimos adelante- nos hacemos los cuerdos.


(A walk to remember- Shane West, Mandy Moore)

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