miércoles, 27 de abril de 2016

Que no me roben el abril



Leer 'un invierno sin sol'
Y querer quedarme a vivir en cada rincón de su cabeza.

Y escuchar entonces los versos de Escandar en la mía. Gracias Artista.
Y querer ser yo la tinta de todos los besos que dio y los que le quedan.
Y sentirme pequeña, y a la vez inmensa.

Y no perder de vista el horizonte, ni bajo la lluvia.
Y bailar la lluvia, danzarla y susurrarle al oído lo bonita que esta cuando sale de fiesta.

Pero, no. Ahora no estoy visible. No disponible.
Llamémoslo ausente.

Ausente de toda soledad quebrada, distante de cualquier distancia y al otro lado de la fe, ahora apagada.
Lejana a cualquier cosquilleo que suponga mirar más allá de estas páginas.

Al fin y al cabo, la vida es eso ¿no? Levantarse tras la caída, sin saber si caíste bien, o solo caíste.

La vida es un leer entre líneas: líneas de periódicos, de libros, de revistas, líneas de poesía, de metro, de etiqueta y de expresión.

No me saquéis aún, que me quedan unas líneas por leer.
No me llevéis, que me quedo a vivir.
Y aquí, entre cuatro paredes dispuestas de la forma más desordenada, soy feliz.

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