domingo, 15 de febrero de 2015

Terrones de azúcar

Esta mañana los ángeles no tienen más ganas de llorar. No quieren. Se les cansaron los ojos hace tiempo.
Esta mañana han decidido ir despacio, lento.
Esta mañana a las promesas se las lleva el viento, y en cada esquina, con cada muro de piedra, tropieza este nuestro frío invierno.
Primera nevada en Santiago. Termómetros bajo cero.
Sala de estudio y cabezas gachas, sobre miles de palabras por aprender, soñando ser un día alguien en quien confiar. Hasta que el tiempo se para y a un soñador que mira por la ventana le da por descubrir.
Nieve.
Nieve a las nueve.
Cómo algo tan insignificante puede hacer tan feliz a la gente. Cómo con unos copos caídos el cielo sacamos a pasear nuestras mejores sonrisas.
Hoy me he preguntado por qué, y luego he sonreído también.
No lo tengo claro, pero creo que es el misterio de la vida.


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