domingo, 15 de febrero de 2015

Sigue siendo febrero





Y aquí sigue la misma tonta, tonta de mi haciendo lo mismo: Queriendo arreglar el mundo sin mover ni un solo dedo. Esperando que la sorprendan para ver brillar sus ojos.
Entre risas, descubriendo qué significa vivir. Me gusta vivir.
Conociéndonos, olvidándonos; siendo más y a la vez menos. A miles de kilómetros, y a centímetros. Son momentos. Momentos, retales de carnaval, de Nena Daconte que me revolotean en la cabeza.
Necesidad de fuerzas, de impulsos de vida para no rendirnos.
Ansias de querer, vidas de flores de colores.
Necesidad de maquillaje en el camino, de ciencia ficción, de ser de película por miedo a perder.
Ganas de baile, tanto lento como rápido.

Vuelven a ser palabras sin sentido de esta tonta mente sin frenos.
De un catorce de febrero a kilómetros de ti. Te echo de menos. Y lo cierto, es que hace tiempo que te siento lejos. ¿Recuerdas cuánto reíamos antes, cuando nos mirábamos y se paraba el tiempo? Ya, ni yo misma sé lo que siento.

En mi cabeza se encienden las luces de neón: "fuera de servicio". Ha olvidado qué decir, qué hacer.

El año pasado..., año. Parece mentira que llevemos trescientos días juntos, más. Y a la vez tan separados.
Se me ha olvidado la cara que ponías cuando querías reírte de mi, se me han olvidado tus labios, o escucharte decir algo porque te de la gana, porque lo sientas.
Y no quiero, no puedo.
Una rosa y un nos vemos pronto.
Feliz Catorce de Febrero.

No hay comentarios: