domingo, 9 de diciembre de 2018

La tarde veintitrés

¿Sabes aquello que te dije la tarde veintitrés?
Te preguntarás a qué viene todo esto.

Volverás a callarte eso de cómo puedes estar tan loca, y tú seguir regalándome el caso.
Y querrás saber qué es lo que me come por dentro cómo para volver a llamarte
después de todo este tiempo.

Te echaba de menos.
Y en mi defensa, debo decir que nunca has salido de mi vida.
Te guardo en formato resueño. Un sueño repetido hasta la saciedad.
Ese que has tenido demasiadas madrugadas.
Uno en el que vuelves a ver a quien quieres y te olvidas de la parte onírica.

La veintitrés fue la tarde de la merienda interminable- la que se nos juntó con Catalina sin quererlo.
Aquella tarde en la que los gustos de uno y de otro se entrelazaron a la fuerza y no dejamos de reír.
La tarde de mi vestido verde, y mis ojos más negros de la cuenta.
La tarde de tu sonrisa tímida de más.

Aquellas horas coincidimos en que cada persona era un mundo
y que costaba mucho hacer colisionar dos planetas si orbitaban juntos,
pero a mi se me fue la cabeza, como de costumbre,
y te confié mi otra teoría:

Creía que en cada lugar en el que empiezas de cero vuelves a encontrar a todos los tuyos reflejados en otras vidas.
Como si necesitaras un elenco para completar el guión de la tuya, y aunque la escena cambie y el decorado de un giro de 360 grados,
la vida continuaría tal y como la dejaste.
Y los tuyos vuelven a ser los de siempre con un poco menos de kilómetros de diferencia.

Entonces volviste a decirme que soñaba demasiado.

Pero me ha parecido encontrarte en los ojos de otro. En su risa tímida y en su ilusión.
Has sido la prueba de que mi teoría no era humo del todo.

He conocido a alguien que me recuerda mucho a ti y creo que tengo miedo de creer enamorarme.
De tirarme al vacío de la ilusión y que vuelva a doler como antaño.
Pero lo que me da aún más miedo es dañar.
No sentir con la misma intensidad y no estar a la altura.

Y he vuelto a despertarme con el domingo mientras me llovía un rayo de lucidez.

Mi teoría vuelve a desmoronarse. Carece de base estable sobre la que sostenerse.
Eres tú en otros ojos, pero esa vida no es más que un espejismo.
Son mis recuerdos de ti proyectados en otro.

Hace tiempo también te dije que eras un ser único e irremplazable.
Que sería difícil encontrar a alguien como tú.
Y eso es de las pocas cosas sobre las que puedo presumir tener razón.

Por eso me pasaba por aquí.
Quería saber si estabas bien.

(Ryan Gosling- Blue Valentine)

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