martes, 15 de diciembre de 2015

Astronauta de tus lunares

Fueron mis prisas y mis ganas locas de tocarle el culo a la risa las que me han empujado a querer descorchar nuestros amaneceres y servirlos en una copa de caba.
Aquella noche de martes, heló.
Y tenías el cinturón de Júpiter amarrando por cada línea de tu cadera. Era mirarte y no acabar de ver tu silueta, de espaldas, como cada 15, en el reflejo de un espejo de tocador.
Tenías tantas ansias de beberte la brisa, que cuando el tren llegó al andén, a menos cinco, como siempre en hora, tú ya tenías el rumbo a Madrid. Y la polvorosa había volado de tus pies.

Puede que nunca sepa más que eso de ti.
Puede que tú no te conformes con tan poco que fui capaz de ofrecerte.
Pero para mí fue suficiente.
Suficiente para querer conocerte cada Abril de invierno, cuando el sol se debatía entre entregar su legado a las nubes, o salir corriendo.

Cada asteroide de tu inmenso planeta brillaba como una estrella sobre tu piel.
Y tú querías bajar a bailar, volar al sur y desenredar todos los recuerdos de un solsticio para colgarlos en tu propio árbol de Navidad.
Querías proclamarte libre. Poder pensar que los mil colores de tu paleta de acrílicos podrán tapizar el cielo de cualquier atardecer que pasamos juntos.

Eras de las que quería seguir a Amstrong dando traspiés con la venda en los ojos. (Qué manía-la tuya- de esconder dos espejos del alma.)
Amstrong.
Seguirlo a toda costa.Tanto a músico como a astronauta.
Siempre quisiste ser la balada triste de trompeta de sus tardes de otoño, y acompañarlo en el trayecto hasta la luna que durase mínimo diez años-luz.

Es verdad que te ofrecía poco. Pero es que las bombillas de mi cabeza ahora son de bajo consumo. Y tardan algo en dejar ver toda su luz. Perdóname por ello.

Pero he cambiado.
Estoy dispuesto a desempolvar aquella huella que planté en el rincón más descubierto de tu Júpiter.
No pienso perder la octava maravilla de mi mundo.
Y he decidido que de mayor quiero ser astronauta de tus lunares.
Y seguirte sin gravedad, por las calles de Madrid.
De Madrid al cielo.


No hay comentarios: