domingo, 7 de diciembre de 2014

Ayer

Parece que vuelve a ser ayer. Vuelvo a ser yo con menos años mirando la lluvia caer por el cristal de mi ventana.
Un puente, vacaciones ¡estupendo!
Recuerdo que fuera llovía y yo jugaba a apostar viendo las gotas correr. Si, las gotas. Y no, no estoy loca.
Estoy lejos de casa y me ha venido ese recuerdo a la mente, sin más.
Ni mucho menos me arrepiento de los pasos que me han conducido hasta donde estoy ahora, hacia lo que soy pero, es cierto que a veces quieres, por un segundo volver a ser quien fuiste, rodeada de gente que hace tiempo que desapareció de tu vida y con la única preocupación de ver a la luna perseguirnos cada noche en un viaje largo de carretera, o de ver esas gotas correr por el cristal de tu ventana.
Sentir esa alegría de bajar al salón y decidir que si, que ese puente se pone la navidad, que la casa este año se recarga aún más que el anterior aunque mamá diga que debería ser al contrario.
Que vuelvan mis domingos, de levantarme y leer porque me daba la gana, de pasar las tardes entre mantas, películas y palomitas en familia sin poder sacar un pie del sofá por miedo a que este se te quede congelado. Que vuelvan incluso los desayunos hasta las tantas, de sobremesa con demasiado frío porque mamá ha decidido que debía ventilar la casa demasiado pronto.
Y vuelvo a estar lejos, pero ya queda poco para verles.
Es increíble lo que puede hacer un recuerdo.


No hay comentarios: