jueves, 17 de julio de 2014

¿Cuál es el precio?

Hace tiempo que nuestra sociedad se ha convertido en un bloque capitalista, que solo importa el dinero y olvidamos las risas.
Miras atrás y solo contemplas el pasado con un aura de añoranza profunda, echando de menos los momentos en los que la vida importaba y la gente disfrutaba viviendo.
Nos movemos en una sociedad en la que somos un interés más, uno que se cambia por monedas de euros y si se tiene suerte, incluso por dólares.


Ahora bien, si no eres un interés, si no estas vacío y no entretienes, considérate nadie.
Ha cambiado tanto todo que aún seguimos matando los sueños de los que realmente viven, lentamente y con saña. Decimos que es para la mejora, para la globalización pero es mentira.
Somos unos mentirosos. Todos y cada uno de nosotros. y quien no sea mentiroso que tire la primera piedra.
Ya no somos nada sin dinero. Necesitamos para respirar pequeños papeles manoseados de colores para encontrar el sentido de nuestra existencia.
Hoy en día, hasta un beso tiene precio.
Se nos ha olvidado el verdadero valor de las cosas. El hacerlas porque sí, porque nos da la gana y sin esperar nada a cambio.
Ahorrar, pagar, embargar, financiar, comprar, vender, alquilar y otras de las nuevas rutinas que hemos adquirido, esas que producen náuseas.

Creemos que no, que este mundo durará siempre y que seremos máquinas de dinero o nadies caminando por el mundo.
Aunque los verdaderos dueños del mundo son ellos, los soñadores. A los que intentamos hundir en el mar sin darnos cuenta de que saben nadar. Ellos, a los que pretendemos cortarles las alas, sin saber que estas vuelven a crecer; a los que pretendemos cortar el paso cuando han aprendido a caminar bajo tierra.
Ellos son los que realmente entienden el precio de la vida, de la felicidad.
Y su secreto es que nada tiene precio.
Puede que sean algo ingenuos, que piensen que no existe el daño o que las personas les hagan más de la cuenta pero son ellos.
Son ellos los que nos hacen sentirnos vivos.


Vamos a montarnos en su montaña rusa, en esa pequeña y divertida atracción llamada tiempo y vamos a probar. Vamos a tirar todos esos papeles sin sentido y a decidir que ha llegado la hora de perseguir nuestros sueños.


Total, por probar...¿Qué podemos perder?
A escapar, a vivir, a soñar.



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