viernes, 1 de marzo de 2013

Pestañas bailan al son de unas manos serenas


La vida es señorita de compañía. No espera que la descubras, si no que que se presenta por si sola dándose la bienvenida. No hace favores sin antes esperar que la reciban. Alguna vez suele coger por sorpresa pero, lo bueno que tiene es que siempre es ella misma.
Puede que se haga la dura, que tenga experiencia de sobra y que los piropos no le lluevan pero habrá alguno rondando que realmente sepa tratarla como se merece. Alguno que entienda que para vivir necesita ganarse la vida, que no la juzgue por lo que necesite si no por cómo es cuando está con él. Que le regale sonrisas y le susurre al oído todo lo que haría falta para que el mundo de los dos sea perfecto.
Puede que ella al principio se sienta reacia a escuchar todas las cosas bonita que su él tiene por decirle, puede que nunca llegue a ver como se nublan sus pupilas al son de música de otros bares de madrugada. Puede que se desvista demasiado deprisa y no sienta frío cuando sus pies descalzos la nieve pisan pero, son muchos engaños, muchas mentiras, otras tantas lágrimas ahogadas en los tequilas. Muchas madrugadas sola con el oído puesto bajo la almohada y aún así seguía oyendo los gritos que le daban antaño. Solamente necesita tiempo, que de vivir se encarga ella.

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