domingo, 6 de mayo de 2018

Ma mère

Que aunque pienses que no, es que si.
Que aunque digas nunca, sé que será siempre.
Que aunque tengas días malos, sabes que habrá mejores.
Y aunque la vida no me deje acabar la tuya,
nuestros caminos comenzaron unidos y acabarán de la misma forma.

Que tienes que concentrarte, Caro.
Que va a salir bien.
Que no hagas más ruido.
Que recojas.
Que te quiero mucho, ya lo sabes.
Que ya queda poco.

Que si no te lo crees tú, aquí estoy yo.
Para creer en ti todas las veces que flaquees.
Porque eres mi hija y eso una madre lo sabe.

Estas son algunas de las perlas con las que mi madre va construyendo mi collar.

Pretende dejarle algo de protagonismo a la suerte, pero en secreto se cree eso de que voy a ser capaz. Desde el segundo cero que eché el primer aliento ha sido el fuel de mi motor.
Ese que a veces se empeña en atrancarse y que pone en marcha de nuevo sin ningún esfuerzo.

Ella sabe que mis palabras y mi cariño infinito son mi mejor gracias.

Gracias por creer en lo increíble de mi persona, por hacerme a tu imagen y semejanza. Por se bonita por fuera, pero mucho más por dentro. Por ser una de las personas más maravillosas que ha tenido a bien crear el universo y guardarlo en secreto.
Porque sé que tu día son cada vez que te llamamos a gritos, o las llamadas interminables al teléfono. Porque sé que tus días somos nosotros.

Gracias por regalar tu vida, a cambio de nuestra sonrisa y por hacerlo tan bien, aún pensando que en algún momento pudieras fallar.

Gracias por ser siempre a nuestro lado.
Te quiero.



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