martes, 7 de junio de 2016

Mi seguro de vida














Los días pasan demasiado rápido.
Y las noches son...curiosas.

Lo curioso de esas noches,
en las que tanto presumí disfrutar,
es el maldito momento en que más te recuerdo.

Y ya no, no disfruto,
sólo duelo.
También sueño;
aunque esto último ni si quiera  lo recuerdo.

No quedan estrellas que no rememoren
qué pudimos haber hecho
para salir ilesos,
para no ahogarnos, ni caernos.

Se acerca el verano y sé, que será estupendo.
Aunque no termine de serlo sin ti.
Verano.

Porque en aquella despedida te llevaste
algo de mi contigo.
Y no termino de encontrarme.

Soñé que éramos la solución que tanto necesitaba el mundo.
La solución al ruido de las puertas,
la solución al crujir de mis pestañas,
y al dormir de tus aceras.
La solución a uno y a todos los problemas.

Pero olvidé que de los sueños, uno siempre despierta.

Y por más que quiera no se me borran
los recuerdos de tus palabras:
aquel espero que estés segura.

¿Segura? ¿De qué, exactamente?

Segura de no quererte, de querer más
de extrañarte mal.

Segura del cómo diablos te va,
segura de la distancia.

Sentirme segura de que si esto no es amor,
no tengo cómo llamarlo.

Segura de que en la próxima luna
quiero que bailes conmigo.

Estoy segura de ser insegura,
de serlo mucho.
Insegura de mi.

No hay comentarios: