lunes, 8 de septiembre de 2014

Nos vemos luego, Peterpana

Llamadme estúpida pero ahora estoy conociendo de verdad el sentimiento que guardan las letras de esa canción de Lana. Ese "Summertime Sadness" vuela por mi cabeza y se escapa entre mis lágrimas (Soy llorona, que le vamos a hacer).
El caso es que siempre fui la que se aburría del verano, la loca que ansiaba que el curso comenzara en agosto. La que se ponía nerviosa la noche antes de que la rutina llamase a la puerta y no podía dormir del revoloteo de las mariposas.
Será que he madurado. Será que he conocido la amistad verdadera, o será que la morriña viene en paquete antes de  irse a ninguna parte.
Será que este ha sido "ELVERANO".
Será todo o será nada- Ser por ser, será.
Será la playa, será la luna, serán las maravillas del mundo…
La cosa es que no me quiero ir, no todavía, ó… yo si que me quiero ir, comenzar, vivir nuevas experiencias. La que se niega a aceptar que me voy es mi cabeza. Ha borrado toda oportunidad de final, toda palabra unida al olvido y se ha aferrado a los recuerdos.
Cómo voy a echar de menos esto.
Pero me voy.
Las maletas están hechas, el sol se despide de mi acariciándome la piel como tantas otras veces. Los últimos restos de arena se van acumulando en el recogedor para despedir otro verano que se va.
Creo que estoy preparada para echar de menos. 
Las maletas están terminadas.
Me falta despedirme.
Esto no es un adiós, es solo un ¡hasta pronto!
Por una vida de sorpresas, por una vida de improvisación, y como dirían ellos, como corearía ella al mismo ritmo dando brincos en la última puesta de sol: ¡VIVA LA VIDA!


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