miércoles, 1 de abril de 2020

Llevas la visión de futuro escrita a boli en la palma de la mano.

Creo que es en la antesala de las hecatombes cuando necesito tenerte conmigo.
Y que vuelvas con tus todo saldrá bien y tus resistiremos aunque no sean más que una excusa barata para no dar rienda suelta a mis miedos inconfesables.

Creo que me acuerdo de ti en esos momentos porque todo lo que me has dado en la vida, desde que te conozco, son alegrías.
Y creo que es un sentimiento bonito para poder atravesar una ilusión nublada a golpe de navaja.

Quizá me hagan falta solamente dos llamadas al año para que puedas dejar más huella en mi que cualquiera en una rutina.
Eres el mejor técnico de un equipo de ilusiones.
El eterno amante de las causas perdidas, y con perdidas ya sabes a que me refiero.
Pegado a su cerveza cada domingo de partido para sufrir llanamente por lo que cree que vale la pena.
Gracias por dejarme ver que se logra todo si se cree en ello.

He venido a decirte que fuiste un antes y después.
Y que, aunque las malas noticias vengan siempre de dos en dos, si quien las porta sabe sanar el alma, seremos inmunes.
Y que es raro el día que descuelgo el teléfono y no te tengo ahí para levantar mi mundo.

Hace mucho que te conozco y puedo decir, sin temor a equivocarme, que eres una de esas personas que cuando miran bonito, hacen pensar.
Pensar en qué he debido hacer bien para cruzarme contigo en el camino.
Pensar si contar contigo, durará hasta que uno de los dos deje de respirar.

Que a ti no te hace falta hacerte una idea de nada, porque la visión de futuro la llevas escrita a boli en la palma de la mano.
Que puede que la pereza te ronde los lunes, pero cuando dan las dos el mundo se te antoja maravilloso.
Que tus planes preferidos son polos opuestos y que siempre tendré un compañero de aventuras con el que chocar contra el muro del andén 9 y 3/4.

Que nunca dejarás de sorprenderme con el desorden milimétrico que guardas en eso que dices llamar cabeza.
Y que para cuando nos volvamos a ver, el mundo nos habrá dado un par de vueltas.

Pero no me importa.

Venía a decirte que te quiero, y mucho.
Y que gracias por estar, siempre, amigo.






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