miércoles, 6 de marzo de 2019

Intensus

¿Te has escuchado?
Te llamas intenso cuando no me conoces, ni sabes que tu descripción perfectamente podría ser mi apellido.

Te leo e imagino tus palabras desnudas de toda intención y destino.
Y me da vértigo recrearme en las comisuras de unos labios a los que aún no pongo voz.
Y me estremezco con la idea de perder lo que llegó con la lluvia.

Creo distinguir ese marcado acento de la otra orilla por la que no paseé -donde ojalá  contar con los eones necesarios para perderme.
Y me prometo a mi misma que contemplaré esa luz algún día porque siempre quise guardar un pedazo de Argentina en el lado izquierdo de mi corazón.

Tampoco lo sabes, pero me enamoro tan rápido de un “vos” que cuando quiero darme cuenta intento cambiar de lenguaje para que se me pegue algo de esa forma de vida tan vuestra.

Lástima eso de decir adiós antes de coincidir.
Y no viajar con un equipaje de dimensiones suficientes como para adhesionar otra vida en calidad de “frágil”.

Gracias por verme de esa manera tan bonita y saber escoger las palabras que lo definieran.


Perdona si te culpo de arañarme el alma.


a N. Para cuando regreses a Mar de Plata.

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