domingo, 29 de enero de 2012

But you still love me anyway

-Ahora quiero que me expliques. ¿Por qué yo? ¿Por qué ahora? ¿Y el para siempre? ¿Por qué me lo pones tan difícil? ¿Por qué no dices que si?
+ ¿Qué por qué tú? Porque fuiste el primero en susurrarme ‘‘sol’’ cuando estaba lloviendo. El que encendió la bombilla fundida de mi cabeza, el que sabe hacerme reír, el que me susurra al oído te quiero cada dos minutos. ¿Qué por qué ahora? Porque algo me lo dice. Ese algo que hace que los momentos a tu lado se califiquen de especiales. Que hace que dejar de verte me desconecte del mundo… ¿Por qué para siempre? Porque es lo que se dice cuando quieres de verdad a una persona, lo que se siente al decirle lo bonita que es cada día, al hablar con ella, siempre la misma pero diferente. Es lo que se siente al verla mientras duerme, y contemplar como respira, y querer despertarla y a la vez dejarla dormir para ver que lo mejor que te ha pasado en la vida lo tienes a tu lado, y que no, no es un sueño. Porque sí, porque lo sé. Eres tú y solo tú, ahora y para siempre. No te lo pongo difícil, esa palabra no la conozco, simplemente porque no está en mi diccionario. Pero realmente sin dificultades la vida sería aburrida. Y porque el sí contigo es mi segunda expresión favorita, que puede que no exprese con la voz, pero que sí todo mi cuerpo te lo represente. Con mi forma de mirarte, embobada como siempre, mi forma de verte perfecto, mis gestos, la forma en que envuelvo mis dedos en los tuyos, la forma en la que sonrío, la forma de acercarme a ti cuando lo que quiero es un beso, nuestro beso. Esa forma lenta, silenciosa, una forma que hace que te sorprendas, que hace que te ruborices y que hace que me encantes más aún. La forma de despedirme de ti, recordándote siempre lo que significas para mí. La forma en que te abrazo, sin separación posible, sin querer que te vayas, atándote a mí fuertemente. Todas estas son las formas con las que te digo que sí sin pronunciar una palabra.
-Te quiero, ¿y tú a mi?
+ ¿Te lo vuelvo a repetir?

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